EL MITO DEL EMPLEO – ¡HAZTE VALER!

El 45% de los profesionales de nuestro país estaría dispuesto a dejar su trabajo si no le permitiera disfrutar de su vida personal, y el 42% dice haberlo hecho. El 29% preferiría estar desempleado a ser infeliz en un trabajo, y el 56% no trabajaría de no tener obligaciones económicas. Todo esto según Randstad, en su informe de abril de 2022. Otras fuentes corroboran los datos.

Hemos visto la gran renuncia que ha tenido lugar en EEUU en los dos últimos años. Por otro lado, vemos como las tecnológicas se están deshaciendo de muchos empleados para ajustarse a sus necesidades de reinvención, así como para estabilizar el mercado exacerbado de los sueldos tecnológicos.
Todo lo anterior, más la inflación por el incremento de la masa monetaria inyectada tras la pandemia, la subida de los costes energéticos por la guerra de Ucrania, las subidas de los tipos de interés, y el miedo a una recesión; sin olvidarnos de los incrementos en los costes laborales, hacen que las empresas miren con lupa la contratación y los sueldos.
El mito del empleo de casi por vida se acabó hace tiempo. Antes el foco estaba en la empresa, todos fieles a una causa; las empresas con sus empleados y los empleados con su empresa. El paradigma ha cambiado. La globalización y la aceleración de los mercados como consecuencia del entorno macroeconómico, el geopolítico y la Industria 4.0 han llevado a la empresa a mirar por su propia subsistencia. En parte, es normal, lo llevan personas, con sus propios intereses de supervivencia.
No podemos depender nunca más de un solo empleador. Cada 10 años los ciclos económicos limpia y purga el entramado empresarial (recesiones, quiebras, fusiones, adquisiciones, externalización, outsorcing, offshoring, etc.).

SOLUCIÓN. Tenemos que aceptar el concepto de múltiples fuentes de ingreso, y a ser posible bajo ingresos pasivos recurrentes. Quien quiera asegurar su paz económica, su independencia financiera y su jubilación a partir del 2030 deberá reinventarse y pasar el foco a “la generación propia de valor”. Hay que pasar de tener como objetivo la empresa ajena, a pensar cómo convertirnos en “individuos generadores de valor” para el mercado. Nuestro empleador será “el mercado”, no la empresa. Y quizá las empresas te contraten, o si no, te contratas a ti mismo.
Tanto vales tanto ganarás…y hay que saberlo demostrar y comunicar. Hay que cambiar el “chip” mental. Somos, o debemos ser, individuos generadores de máximo valor para el mercado. Debemos asumir que nuestra paz mental, económica, y por ende personal y familiar, depende ya de nuestra oferta personal en el mercado. Nos guste o no, lo consideremos justo o no, el entorno no lo podemos cambiar, pero sí nos podemos adaptar a él con, agilidad, versatilidad y velocidad. Es puro Darwinismo aplicado a la vida moderna, la supervivencia del más adaptable y rápido a las circunstancias del mercado.

Según lo anterior, y no hay más vuelta atrás, considérate el mejor “activo” que jamás vayas a tener a tu alcance, tú mismo. Asume que eres el mejor producto y servicio que jamás ofrecerás al mercado laboral, corporativo y empresarial.

Si volvemos a mirar las estadísticas del principio del artículo, y sabiendo que España está en una tasa de desempleo endémico de en torno al 12%, con una importante economía sumergida en aumento, y una población que va envejeciendo con tasa negativa de natalidad, el sistema se cortocircuita.

SUPER-MORALEJA: reinvéntate, una y otra vez. Debes ser una máquina generadora de gran valor y riqueza para ti, los tuyos y el mercado. Entonces empezarás a encontrar la paz financiera, y quizá la paz personal. Busca el equilibro mente, espíritu y cuerpo, pero genera dinero y en buenas cantidades, porque el mejor médico para ti y los tuyos, la mejor educación, una pensión digna, y las mayores posibilidades de subsistencia cuando vienen mal dadas, no te las va a generar el sistema, sino tú mismo. Sí, sí, tú mismo.
Mi consejo, tras 15.000 horas formando a individuos, en universidades y empresas, y como consultor, escritor, emprendedor y empresario, es que hay que formarse constantemente y ser el mejor, o de los mejores, cada uno en su sector.

La mejor suerte es la que tu mismo te generes con tus habilidades y conocimiento. Eres cruzado de tu propia causa, de tu propia valía. Mente, foco, lucha y estoicismo, por favor.

¡HAZTE VALER!

Fdo. Edgar Barroso

CEO – Avertica® Consulting Group & Top Social Power®

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