Empresa

LÍDERES EN HOSTELERÍA

El turismo español: Cinco grandes soluciones para cinco grandes problemas.

Autor: Edgar Barroso

Publicado: Revista HOSTELTUR, 29.3.2019

A finales del 2018 el sector servicios acaparaba más del 70% del PIB Español, del cual más el 15% corresponde al sector turístico. Otra estadística relevante es que 1 de cada 5 trabajos creados correspondieron también al sector turístico y sus subsectores, los cuales, con una fuerza laboral de 2,5 millones de empleados, atendieron a casi 83 millones de turistas “extranjeros”. Y, para finalizar con los datos, el 75% de los ocupados en España trabaja en el sector servicios, según el Instituto Nacional de Estadísticas, INE. Estas cifras hablan por sí mismas: el sector servicios es esencial para el progreso y crecimiento de España, y el turismo, es un pilar básico de la economía.

En cambio, España tiene varias asignaturas pendientes para mejorar la calidad en los servicios:

• Salvo en hoteles de grandes cadenas hoteleras, el hotel medio no tiene estándares de control de calidad protocolizados. Aunque ha ido mejorando, queda mucho por hacer en lo relativo a la Gestión de la Calidad Total (GCT) sistematizada.

• En la restauración el aprobado es raspado, a pesar de ser una potencia mundial en gastronomía gracias a nuestros grandes chefs. Salvo en los restaurantes de renombre, algunas cadenas de restauración y otras excepciones, el restaurante medio en zona turística sigue ofreciendo un trato al cliente medio o pobre, tanto en formas y amabilidad, como en la profesionalización del personal y el servicio prestado.

• Hay una carencia de formación generalizada. El sector turístico ha sido tradicionalmente el refugio de otras profesiones afectadas por recesiones o por los ciclos cambiantes de otros sectores, por lo que el efecto rebote y la alta rotación generan trabajadores poco formados, poco motivados y sin la experiencia adecuada.

• Falta de protocolización de la calidad en servicios turísticos paralelos a la hostelería y la restauración (bares, parques de atracciones, bingos, casinos, museos, zoos, etc.). Aunque existen ya mecanismos de sistematización de la calidad, como son Madrid Excelente, la ISO 9001:2015 así como otras certificaciones de AENOR, éstas no se han hecho extensibles a la mayoría de las empresas turísticas.

• La gestión de la calidad en muchos servicios turísticos se toma como un tema a tratar desde una perspectiva reactiva y no proactiva. A modo de ejemplo, en España sólo están certificados 1.548 establecimientos turísticos con la Q-Calidad Turística®.

Tanto las escuelas de hostelería, como las universidades y las escuelas de negocios, imparten cursos muy diversos relacionados con los servicios turístico, pero se suele hablar poco, o de una forma muy generalizada, de las Gestión de la Calidad Total y de los ciclos de mejora continua como parte de sus programas de grado y posgrado.Si bien es difícil implantar un sistema de regulador estricto en el pequeño negocio turístico, sí cabe la implantación de mejoras como la aquí propuesta. A grandes problemas, grandes soluciones:

• Dar formación cíclica a los empleados sobre los costes a corto, medio y largo plazo de la “no calidad”. Por ejemplo, enseñar a los empleados sobre el coste de la adquisición de un cliente, el coste de mantener un cliente, el valor neto de un cliente fidelizado, o el coste o ganancia del boca a boca positivo (+) o negativo (-). Todo esto dado en cifras para que vean pérdidas y ganancias generadas.

• Dar autonomía a los empleados en contacto directo con los clientes, bajo un sistema de control de acción-reacción, para que luego se aprenda y se estandarice ese sistema. Quejas, ideas y recomendaciones de los clientes, son un regalo del cliente a nuestros negocios turísticos. Hay que sistematizar su gestión. Toda queja, idea o recomendación debería tener dueño dentro de la empresa para que no caiga en saco roto.

• Formar a los empleados como si de una función de teatro se tratara. Ellos, que son la empresa, son los encargados de crear “experiencias únicas”. Nada está sujeto al azar, y el “momento de la verdad”, que es el tiempo de interactuar con los clientes, debe ser representado una y otra vez para estudiar la relación causa-efecto. La experiencia y satisfacción son fruto del diseño programado, cíclico y en constante mejora estipulado en manuales de mejores prácticas.

• Estimular al empleado al estilo de Disney y otras muchas empresas como Marriott International, que contratan solo a empleados con una actitud positiva, feliz, y de servicio a la sociedad. La actitud positiva no viene dada en pastillas ni en manuales, se tiene o no se tiene.

• Todos piensan en “el cliente”, todos los departamentos y secciones. Hay clientes internos y clientes externos, pero al final el cliente satisfecho es una labor de equipo, de toda la empresa, del primero al último.

El turismo está en manos de todas las empresas que en él participan, el mantenerlo y el hacerlo crecer es trabajo y obligación de todos de los que de él vivimos.

Por Edgar Barroso, director de Programas de Máster y Postgrado de Schiller International University.

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EL ÉXITO DE LA EMPRESA DEL SIGLO XXI

El Futuro de la Alta Dirección  – Habilidades Esenciales –

Autor: Edgar Barroso

Publicado: Cinco Días, 23.8.2014

Aquellos que con asiduidad se mueven dentro de los entornos de la alta dirección de  empresas líderes en sus sectores, así como los que pertenecen al mundo de la nueva generación de empresarios exitosos, han podido observar cómo las habilidades requeridas al directivo de hoy en día están transformándose a gran velocidad. La versatilidad y amplitud de habilidades “soft” y “hard skills” que el directivo y empresario necesitan para triunfar dependen de una formación constante y una capacitación especial desarrolladas en muchos casos durante años de formación o a través de un buen MBA o Master.

Analizando artículos de revistas como Forbes, The Economist, Fortune 500, HBS- Harvard Business Review, MIT-Sloan Management Review, y otras tantas publicaciones e informes que estudian los sectores laborales (Ej. QS www.topmba.com 2013-14, MBA Depot www.mbadepot.com, 2013-14 IDC-Microsoft Report, etc.) llegamos a un listado de habilidades que debemos buscar a la hora de formarnos para poder alcanzar la cúspide de lo que es la “dirección empresarial exitosa” del futuro. Según el informe IDC, de las 12.000 habilidades identificadas en el mundo de la gestión empresarial, existen en torno a 100 habilidades específicas entre directivos de alto rendimiento. Veamos cuáles son algunas de esas habilidades de forma resumida.

  • Gran capacidad analítica y numérica. El big-data a la que se están empezando a enfrentar las empresas fomentado por la actividad digital requiere una capacidad especial de análisis de ingentes cantidades de información.
  • Alto nivel ético y valores sociales con gran arraigo. El mercado, tanto inversor como de clientes, analizan cada vez más el posicionamiento ético y de RSC de las empresas dentro y fuera de ella y en todos los países en las que opera.
  • Capacidad de liderazgo tanto en entornos nacionales como internacionales. El líder de hoy en día debe saber desenvolverse muy bien entre equipos y clientes internacionales con gran sensibilidad y adaptabilidad a entornos multiculturales.
  • Agilidad en el paso del racionamiento analítico al pensamiento estratégico a la hora de tomar decisiones clave.
  • Gestión de la calidad total a nivel productivo, operativo y de gestión de la relación con los clientes. El cliente está en todos los sitios y proviene de cualquier entorno, por tanto se espera la máxima calidad que se pueda ya encontrar en otros mercados.
  • Gestión de la innovación y el cambio constante con una mentalidad altamente emprendedora. La I&D+i no es opcional, y se requieren mentes abiertas dispuestas a insuflar evolución, innovación y cambio constante a sus organizaciones.
  • Gestión del riesgo operacional, reputacional y financiero en todas sus decisiones.
  • Profunda comprensión del Marketing Digital y Relacional (Outbound y Inbound Marketing) así como el E-business y su impacto tanto en las ventas, como en el posicionamiento y desarrollo de marca de empresas y productos/servicios. No basta con entender las redes sociales o el comercio electrónico (e-commerce), sino comprender el mundo digitalizado de todos los canales de venta y comunicación bajo cualquier plataforma móvil.
  • Grandes dotes de comunicación en varios idiomas. El directivo de éxito debe dominar el arte de la comunicación escrita y oral con una buena gestión de la inteligencia emocional, tanto de forma presencial como de forma digital o en video conferencias. Saber hablar en público no es opcional.
  • Comprensión general de estructuras de costes, y el impacto financiero (tanto el impacto concreto del proyecto como el global en la empresa) así como en la rentabilidad de cualquier actividad desarrollada en la empresa.
  • Capacidad de gestión y dirección de proyectos multidisciplinares e internacionales que aporten valor continuado y universalizable tanto a las empresas como a los clientes de los que dependen.

Podríamos aportar puntos importantes adicionales que hoy en día se dan por asumidos, como lo es el valor en el ejército. Así pues, podríamos citar el dominio de varios idiomas, facilidad para trabajar en equipo, o la capacidad resolutiva y de autoevaluación del individuo, entre otras, se dan por supuestas.

En base a lo anterior, y a la sazón de la gran oferta de estudios de posgrado que hoy se proponen, es recomendable valorar y tener muy presente los puntos anteriormente citados para seleccionar aquel más completo y que mejor cubra todas estas facetas, pues el futuro de nuestro éxito depende en gran medida de la adecuada selección y desarrollo de los mismos.

Fdo. Edgar Barroso

Consultor del ICEX, Socio Director de AVERTICA Consulting Group, Profesor y Director de MBA de SIU.

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